Ya en casa... mi hogar... donde mi mente suele escaparse, me dedique a registrar todas esas cosas que un día dejamos a tras y nos las encontramos años después. Allí quedan los momentos vividos. Inertes en el tiempo. Y si no fuera por el manto blanco que les cubre, no pasarían los años por ellos.
Siempre se queda una parte de lo que fuiste atrás, en esos baúles donde de pequeña registraba a ver si hallaba un tesoro en lo mas profundo. Y siempre lo encontraba. Era lo mas tonto y mas simple del mundo, pero era mi tesoro.
Queda a tras...


Aquel cuadro sin terminar ni enmarcar...


El estudio esperando a volver a ser utilizado...


Recuerdos que no recordaba...


Relatos que aún esperan ser escuchados...


Juegos a los que nunca jugué...


Y postales que nunca envié...

Ahí se quedaron. Para años después ser encontrados por el aburrimiento y volver a ser mis tesoros preciados.