Ya terminado los exámenes, la prudencia me está matando no pudiendo liberar mis ansias por saber si realmente me podré presentar para pegarme, por voluntad propia, contra el muro que, año tras año, los estudiantes orgullosos de salir de una cárcel, se presentan para poder saltarlo. Ahora, que ya me siento preparada para saltar ,o al menos para coger carrerilla , tengo miedo de que no me den aún el pistoletazo de salida. Me ahogo en un baso de agua con tanta preocupación retenida por ser cautelosa. No puedo ser tan negativa, como mi rubia pelimorena castañaclara , pero tampoco quiero decir ni pensar en esas esperanzas que a lo mejor son en vano.
Ais... porqué si somos de los que creemos que nosotros dirigimos nuestra vida, porqué nos preocupamos por ser tan excéntricos incluso supersticiosos ...