Anoche me costó dormirme ... y cuando me dormí, tuve pesadillas.
Ayer conté los meses y se me hundió el pecho en angustia.
Es el pinar... es el pinar el que me tranquilizó. Su silencio , sus rincones que esperan a que asomes la cabeza para ver qué esconde al otro lado. Y te sientes como Alicia. Y deseas ser Alicia , para que corra el tiempo y nunca llegue ese momento que te persigue hasta no dejarte dormir...
Anoche no dormí ¡Y qué cabreo tengo! A lo mejor lo consigo desde mi dulce almohada rosa, que la tengo machacada de dar vueltas.. y vueltas...
Así un vez más vuelven mis paranoias a estar sueltas porque no tengo fuerzas para atarlas. Y la verdad es que no tengo todo ganas de atarlas.
Con ganas de ir a esa luz tenues donde sí es verdad que mis pensamientos vuelan y puedo llegar a conclusiones tan profundas como " no quiero limón en mi copa" o " Que raro es el teléfono del cuadro que tienen detrás de la barra".