No se confundan. No es moda, ni tendencia.
Parece que el destino sigue guardando misterios para mi. ¡Chorradas! Con el pecho fragmentado, es que no escarmiento, me dispongo a pasar las peores semanas del resto del verano. Por exagerar. Si el verano ya empezaba mal, con muchísimos tropiezos en los planes, ya lo que me faltaba era que mi corazón se metiese en medio. Lo mejor de todo es que a parte de ser un tema a típico en un blog, resulta que no tengo a quien más recurrir. Y todo porque la culpabilidad me persigue, es culpa mía que siempre me pase lo mismo y es culpa mía y sé que por una parte me merezco lo que me ha pasado, otra vez. Eso de que la razón tiene razones que el corazón no entiende es una manera de decir, hay que fastidiarse y punto.
Tengo miedo a quedarme sin respiración. A recaer en la almohada sin hallar mayos consuelo que , una vez mas, un hueco vacío. (¡Venga!¡Ale al dramatismo!)
Ya me canso que una y otra vez me pase lo mismo. Y mira que esta vez evité soñar. Que esta vez sabía desde el principio lo que había. Que fui idiota y poco inteligente. Para que después digan que soy egoísta.
Felicidades a todas aquellas que no tienes suerte en el juego....
Bss y siento estos post tan atípicos.